La digitalización de la economía es una realidad para ciudadanos, empresas y gobierno. Cada vez más servicios y negocios se hacen por Internet. La prestación de servicios públicos por medio digital es una realidad y trae economía de tiempo y de dinero para el ciudadano, además de la reducción de gastos para el gobierno. En el sector bancario, la necesidad de hacer filas también ya dejó de existir, todo puede ser hecho por medio de aplicativos de smartphones.
Es la era de los documentos de identificación en formato digital. La CNH digital y el e-Título, por ejemplo, ofrecen comodidad y seguridad al ciudadano a partir de aplicativos de celular. Otros documentos presentan en su formato digital garantías superiores a los equivalentes en papel, como es el caso del diploma académico, del certificado de nacimiento y, más recientemente, de la cédula de identificación estudiantil, emitida por el Ministerio de la Educación.
Sin embargo, documentos y transacciones electrónicas necesitan de la adopción de mecanismos de seguridad capaces de asegurar la autenticidad, confidencialidad, integridad y validez jurídica. Dichos requisitos se proveen cuando se utiliza la firma digital en documentos y transacciones electrónicas basadas en la certificación digital.
En el seno de la digitalización con seguridad está el certificado digital, documento electrónico firmado que, en la práctica, funciona como una cédula de identidad digital. El certificado digital permite vincular algunos datos de verificación de firma con datos biográficos de identificación de su titular.
La firma digital proveída por medio de la certificación digital asegura, a partir de algoritmos y técnicas criptográficas, que existe una relación directa incontestable entre el documento firmado y su signatario, el titular del certificado digital. Existe también la garantía de la integridad del documento firmado, es decir, de que no hubo ninguna alteración desde la generación de la firma. Como se trata de una prueba matemática, no hay como descifrarla, tampoco falsificarla, porque es una tarea computacionalmente inviable.
La certificación digital trae numerosos beneficios para los ciudadanos y para las instituciones que la adoptan. Con la certificación digital es posible utilizar Internet como medio de comunicación alternativo para ofrecer diversos servicios con mayor agilidad, facilidad de acceso y sustancial reducción de costos.
La tecnología de la certificación digital fue desarrollada gracias a los avances de la criptografía en los últimos 30 años y es continuamente perfeccionada de modo a soportar hasta a las supercomputadoras.
En síntesis, los beneficios de la Certificación Digital son:
* garantía de la veracidad, incluso para fines jurídicos;
* agilidad y seguridad en los procesos con el uso de documentos electrónicos firmados con certificados digitales ICP-Brasil;
* reducción de costos administrativos y de la burocracia;
* viabilidad del comercio electrónico seguro;
* implementación de políticas de gobierno digital;
* trazabilidad electrónica de transacciones y reducción de fraudes.
El acuerdo de reconocimiento de firmas digitales
El acuerdo de reconocimiento mutuo de firmas digitales en el ámbito del MERCOSUR posibilitará el intercambio de documentos electrónicos entre gobiernos, empresas y ciudadanos de los países del bloque.
El uso de la firma digital ya es una realidad en el Brasil, por medio del uso de certificados digitales de la ICP-Brasil en varios sectores. El diploma académico digital, por ejemplo, es firmado con un certificado digital, lo que garantiza su autenticidad e integridad. A partir del acuerdo de reconocimiento de firmas digitales, ese mismo diploma puede ser reconocido de forma electrónica en cualquiera de los países del MERCOSUR, facilitando así las relaciones transfronterizas de reconocimiento de documentos oficiales de los ciudadanos.
La digitalización en las relaciones comerciales y sociales entre entes públicos, empresas y ciudadanos de los países integrantes del bloque pasa a ser una realidad. El trámite de documentos y transacciones electrónicas en este escenario amplia la frontera digital.
El acuerdo posibilitará:
* intercambio de documentos fiscales y aduaneros;
* firma de contratos entre empresas establecidas en los diferentes países del bloque;
* trazabilidad de productos de libre comercio;
* reconocimiento automático de documentos electrónicos, producidos a partir de certificados digitales, en el ámbito de las infraestructuras oficiales de cada país.
El intercambio de documentos electrónicos emitidos por órganos públicos de los países asociados facilitará la vida de ciudadanos en la comprobación de diversas situaciones rutinarias, como de certificados laborales, constancias, diplomas, entre otros, todos en formato digital. Los documentos podrán ser validados siempre que firmados mediante certificado digital proveído por una infraestructura acreditada en cualquiera de los países miembros.
En la práctica, el ciudadano de un país del MERCOSUR también puede usar el certificado digital emitido por una infraestructura acreditada en su país de origen para firmar contratos y otros documentos, siendo estos reconocidos sin cualquier burocracia. Los documentos firmados con el certificado digital emitido por cualquier infraestructura acreditada por los países del bloque se presumen verdaderos con relación al signatario, garantizando eficacia jurídica según las leyes nacionales.
Para el empresario brasileño que actúa o planea actuar en el MERCOSUR, los negocios serán facilitados, incluso para validar propuestas y presupuestos comerciales y firmar contratos con empresas de los países vecinos. La preocupación en saber con quién se está tratando deja de existir porque la autenticidad y la integridad de transacciones y documentos está garantizada con eficacia probatoria y jurídica, siempre que los mensajes y documentos estén firmados mediante certificado digital reconocido por los países.
Instituto Nacional de Tecnología de la Información